For Pro ha encargado un estudio al Centre ford Economics and Business Centre, o Cebr, del que se desprenden muchos e interesantes datos, amén de incorporar una valiosa información para todas las pequeñas y pequeñas empresas del que podrían beneficiarse de la compra de vehículos eléctricos. Sin embargo, una de las conclusiones es que el asunto de la recarga es un tema que echa para atrás a muchos de estos clientes a la hora de adquirir furgonetas eléctricas. Vamos a ver las ventajas de este tipo de vehículos para esas pequeñas empresas… pero también para las grandes, ya que este sector es tremendamente productivo en la Unión Europea.
Ford Pro encargó este informe, según cuentan, dada la importancia de las furgonetas en los negocios europeos: “Ford Pro, la marca número 1 de vehículos comerciales en Europa, encargó el informe para comprender mejor y con más amplitud el panorama de las furgonetas en Europa, compuesto por 23 millones de pymes, incluidos los operadores propietarios, que representan el 99 por ciento de los negocios en dicho continente”. Con esto, claramente, nos hacemos una idea del arraigo y la necesidad del vehículo comercial ligero en nuestra sociedad y en día a día como parte del negocio, de la productividad y como herramienta de trabajo indiscutible.
Por un lado, el estudio destaca “El reconocimiento del valor empresarial de la electrificación por parte de las pequeñas y medianas empresas (pymes) tiene el potencial de acelerar la adopción del VE y beneficiar significativamente la productividad empresarial y la economía europea. Sin embargo, la recarga sigue siendo una preocupación”. Pero , ¿por qué entonces esa reticencia?
UN BILLÓN DE EUROS EN LA UE Y REINO UNIDO EN 2023
Vamos por partes. “El informe estima que las empresas que operan con furgonetas aportaron alrededor de 1 billón de euros en la UE y el Reino Unido en 2023, lo que supone un aumento del 6,5 por ciento desde 2021 y del 27,4 por ciento desde 2017. Sobre esta base, si las empresas impulsadas por vehículos comerciales fueran un Estado miembro de la UE, ocuparían el sexto lugar en relación con el PIB. En la UE, se calcula que 14.100 millones de euros (1,6 por ciento) de esa actividad proceden de furgonetas eléctricas”. Las cifras no son solo apabullantes, es que hablan por sí solas.
En cuanto a los vehículos eléctricos en esta área: “Inicialmente, se creía que la adopción de vehículos comerciales eléctricos estaba liderada por grandes empresas con gestores de flotas y objetivos de sostenibilidad corporativa. Ahora, las pymes están incorporando cada vez más VE al reconocer sus importantes beneficios empresariales. Una encuesta realizada a más de 1.000 conductores de vehículos comerciales reveló que estas empresas ya están consiguiendo importantes ahorros de costes energéticos, además de mejorar su productividad y sus operaciones gracias a la tecnología de asistencia. Incluso las empresas que no han incorporado VE se plantean hacerlo en un plazo de 5 años, aunque la recarga sigue siendo una preocupación”. ¿Nos hacemos una idea clara de la importancia del vehículo eléctrico en este sector? Creemos que sí, por lo que la tendencia de adquisición es al alza.
Para For Pro, y en palabras de su director general en Europa, Hans Schep, “Floristerías, fontaneros y panaderos jugarán un papel protagonista en llevar la incorporación del VE al siguiente nivel, y nosotros llevaremos las potentes capacidades de recarga, software y soporte, propias de grandes flotas, a estas pequeñas empresas, para que puedan electrificarse de la forma que mejor tenga sentido para ellas». Y es que Ford Pro tiene una importante gama también de furgonetas eléctricas e híbridas enchufables (DHL, por ejemplo, es un ejemplo de adopción de la Transit eléctrica en sus operaciones de trabajo) que, como dice la marca “apoyadas por soluciones de productividad como software de gestión de vehículos y flotas, soluciones de recarga, mantenimiento y financiación todo en uno, diseñadas para las necesidades de las empresas”.
La adopción por parte de las empresas europeas de furgonetas eléctricas es clara y concisa: “El informe incluye una actualización del Índice de Electrificación, una medida del estado de adopción de los vehículos eléctricos comerciales y el potencial futuro de cinco importantes mercados europeos de furgonetas: Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido. Teniendo en cuenta factores como las ventas de furgonetas eléctricas, los puntos de recarga, los incentivos y el aumento de las zonas de bajas emisiones, el Índice identifica que la adopción y el potencial aumentaron en la mayoría de los mercados desde el último cálculo en 2018”. Está claro que hay que dejar de pensar únicamente en este tipo de vehículos como herramientas de trabajo para “la última milla” pues los fabricantes ya ofertan furgonetas de batería de pequeña o alta capacidad (veáse por ejemplo la cuarta generación del Renault Master) precisamente para adaptarse a los requerimientos de flotas o pequeñas empresas.
¿CRECEN LAS ADQUISICIONES DE FURGONETAS ELÉCTRICAS?
Al hilo de lo anterior, precisamente, y centrándonos en Ford, Este aumento se apoya en parte en un crecimiento significativo de la disponibilidad de furgonetas eléctricas. Por ejemplo, Ford Pro ya ha producido o anunciado versiones electrificadas de todos los modelos de su familia Transit. La E-Transit 4, la primera furgoneta eléctrica de Ford Pro en Europa, superó en ventas a su competidora más cercana en más de cinco a uno en 2023, y consiguió liderar su segmento con más del 50 por ciento de cuota de mercado”. O sea, que por modelos no será precisamente.
Por países, Alemania sigue liderando una vez más muchos segmentos de todo tipo: “El estudio de Cebr encontró que Alemania tenía la mayor proporción de nuevas matriculaciones de furgonetas eléctricas en 2023, con un 9,5 por ciento. El Reino Unido mostró el mayor crecimiento en las ventas de vehículos comerciales eléctricos desde el último informe de 2018, con un aumento de la cuota del 0,3 por ciento al 6 por ciento. Francia se identifica como el mercado con mayor potencial de electrificación, al igual que en el informe de 2018, lo que refleja su ya sólida adopción de vehículos eléctricos y una infraestructura de carga de alta calidad. En general, España fue el país que más mejoró su puntuación en el Índice de Electrificación”. Menos mal que nosotros vamos también en la senda del positivismo.
Y las razones son claras también: “Los encuestados afirmaron que la reducción de los costes operativos era la principal razón para pasarse a los vehículos eléctricos (46,3 por ciento), lo que se respalda con unos costes anuales de recarga de la furgoneta eléctrica de 3.700 euros, frente a los 12.400 euros de una furgoneta de gasolina o diésel. El análisis del coste total de funcionamiento de las furgonetas eléctricas en comparación con sus equivalentes diésel o gasolina reveló que los vehículos eléctricos pueden compenar sus mayores costes iniciales de compra en un plazo de propiedad típico de tres años”. Y es que no es lo mismo comprar gasolina o diésel que electricidad, con mayor número de posibilidades de comprar electricidad.
No obstante, como apuntábamos sobre el informe, la recarga es la principal preocupación sobre la adquisición de furgonetas eléctricas, aunque también el precio: “El tiempo de recarga fue la mayor preocupación para los que aún no se han pasado al VE (38,1 por ciento), mientras que los costes iniciales de compra también fueron un problema (37,7 por ciento). A pesar de ello, la mayoría (58,6 por ciento) de los que aún no se han pasado a la furgoneta eléctrica afirma que, al menos con cierta probabilidad, optará por un vehículo comercial eléctrico en los próximos cinco años”. O sea, que la tendencia está por cambiar también positivamente. Curiosamente, en un índice de satisfacción sobre usuarios de coches eléctricos e híbridos enchufables de la empresa Arval, para la mayoría no es un problema este asunto, ni tampoco la autonomía. Claro es también que no es lo mismo el uso de un coche particular al de una furgoneta eléctrica…
También es verdad que las marcas no solo “venden” el producto electrificado, también un mundo que le rodea muy completo: “Los operadores que ya se han pasado al VE son más propensos a reconocer la importancia de las tecnologías y servicios que complementan la propiedad de la furgoneta. Entre las empresas que adoptaron tecnologías y software, la inmensa mayoría informó de impactos positivos en la productividad. Este fue especialmente el caso de quienes adoptaron medidas de seguridad y protección de los vehículos, soluciones de gestión de flotas y software de comunicación”.
Todo el mundo debería saber que, como apunta el estudio del Cebr en boca de su directora ejecutiva Nina Skero: “La transición a la electrificación podría aportar considerables beneficios sociales tanto a escala local, como mundial, principalmente a través de la mitigación de contaminantes nocivos y de las emisiones de gases de efecto invernadero. Nuestro análisis también demuestra que las furgonetas ya apoyan una proporción significativa de la actividad económica en los mercados europeos. De hecho, las industrias que dependen de los vehículos comerciales aportaron 860.000 millones de euros a las economías de la Unión Europea el año pasado. Se espera que la parte de esta cifra atribuida a las furgonetas eléctricas crezca a medida que continúe su adopción y más empresas se den cuenta y acumulen ahorros operativos con vehículos comerciales eléctricos».