La electrificación es un hecho, y es que cada vez vemos más vehículos en nuestras calles que cuentan con este tipo de tecnología. Esta chispeante oleada ha tenido un gran damnificado, el diésel.
La demonización de los vehículos alimentados con este tipo de combustible ha sido feroz durante los últimos años. De esta forma, a base de prohibiciones y sanciones de dudoso fundamento, las ventas de este tipo de vehículos se han ido desplomando de forma paulatina.
Sin embargo, el diésel todavía tiene mucho que decir, sobre todo en el mercado de vehículos industriales, y es que por mucho que las tecnologías hayan avanzado en los últimos años, la autonomía y el par motor de un motor de gasóleo es difícilmente igualable.
Quien nos iba a decir hace unos años que Toyota, la gran abanderada de los vehículos híbridos y pionera con este tipo de tecnologías, sería la primera en echar un capote a este tipo de vehículos tan incomprendidos en la actualidad.
HVO100: el gasóleo “eco-friendly” de Toyota
Toyota ha anunciado que tanto el Hilux como el mítico Land Cruiser serán compatibles con el diésel HVO100. Se trata de un aceite vegetal hidrotratado que no contiene combustibles fósiles y que procede de fuentes 100% renovables como por ejemplo aceite de cocina reciclado.
El combustible HVO100 cuenta con un cetanaje superior al del gasóleo estándar, así como una menor cantidad de azufre y de hidrocarburos aromáticos. No sólo esto, sino que a medida que vaya aumentando la demanda de este tipo de combustible, se aumentará la producción, de forma que se pretenden alcanzar las 15,5 millones de toneladas anuales para 2030.
A diferencia de una adaptación a GLP, el uso de HVO100 no requiere ningún tipo de instalación adicional a la mecánica original del vehículo. Sin embargo, sí que es necesario hacer un ajuste en el sistema de inyección de combustible para aumentar su caudal, y es que este combustible es más denso que el gasóleo “estándar”.
Esta modificación en la inyección no impide que el motor pueda funcionar con diésel “de toda la vida”, por lo que los Toyota Hilux y Land Cruiser se convierten en vehículos bi-fuel. Las ventajas no acaban aquí, y es que el ajuste del motor supone un incremento en la potencia máxima, de forma que tendremos un diésel más limpio y, por si fuera poco, más potente.
No todo es de color de rosas, y es que uno de sus grandes obstáculos es su implantación. A pesar de avanzar a buen ritmo, sólo hay alrededor de 1.000 puntos de carga funcionando entre Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Estonia, Lituania, Holanda, Noruega y Suecia.
Toyota añadirá esta posibilidad a los motores diésel del Land Cruiser y el Hilux a partir del primer trimestre de 2023, mostrando una vez más que este tipo de motores no están tan muertos como a muchos les gustaría.