El reparto de mercancías ha cobrado una importancia vital durante los últimos años, y es que la compra online y el reparto a domicilio ya forman parte del día a día de todos. Una parte fundamental de esta cadena es el transporte, y es que el número de vehículos comerciales que circulan por las grandes ciudades cada vez es más grande.
De esta forma, los fabricantes de vehículos comerciales están haciendo llamativos esfuerzos por desarrollar nuevos vehículos y formas de transporte que agilicen el trabajo de las empresas especializadas. Renault ya nos lo ha demostrado con el EZ-FLEX, un pequeño camión eléctrico perfecto para el reparto en el centro de las ciudades.
Ford quiere ir un paso más allá, y es que además de trabajar en nuevos vehículos, está desarrollando una nueva forma de concebir el reparto de mercancías. Por esta razón, la marca del óvalo cuenta con el “Programa de Investigación de Conducción Autónoma”, con el que desde hace un año demuestran cómo las entregas autónomas podrían ser beneficiosas para los grandes espacios de trabajo, como por ejemplo, los puertos.
Pero no sólo esto, sino que otro de los grandes objetivos es el de descubrir nuevos campos de actuación para los vehículos autónomos y, sobre todo, estudiar las reacciones de los usuarios al interactuar con uno de estos vehículos sin conductor.
Una Ford Transit… ¿Autónoma?
El escenario elegido para estas pruebas ha sido el DP World London Gateway, uno de los puertos más importantes de Reino Unido. Esta importante puerta de entrada de mercancías tiene una localización estratégica, y es que se encuentra a 40 km del centro de Londres.
La protagonista ha sido una Ford Transit totalmente disfrazada de vehículo autónomo. Sin embargo, esta furgoneta tenía un truco: tenía un conductor escondido dentro de un supuesto “Asiento de Seguridad para Humanos”.
Por otro lado, esta Ford Transit tan especial contaba con una serie de casilleros de seguridad en su compartimento de carga. El punto A del viaje de esta supuesta «furgoneta autónoma» era la recepción principal del puerto, donde los operarios debían cargar los paquetes que debían recibir sus compañeros en el punto B, situado a 3,5 km.
Cuando la Ford Transit llegó a este punto A, simplemente se detuvo y abrió sus puertas traseras, permitiendo que los operarios se introdujeran en su espacio de carga y metieran sus paquetes en los compartimentos de carga.
Sin duda, el hecho de hacer este envío utilizando un vehículo sin conductor creó una gran sensación de sorpresa en los trabajadores. Una vez que los paquetes estaban cargados, la Ford Transit arrancó y emprendió un trayecto que, a ojos de los sujetos del estudio, se completaría sin conductor.
Cuando la Ford Transit autónoma llegó al punto B, los destinatarios simplemente tuvieron que entrar en el compartimento de carga de la furgoneta y sacar los paquetes que sus compañeros habían introducido en los compartimentos de seguridad.
Las reacciones de los trabajadores fueron excelentes, y es que según Ernst Schulze, director ejecutivo del puerto: “Tener lo que parecía un vehículo autónomo creó un gran revuelo, todos querían usarlo. Que un vehículo te traiga un paquete en lugar de tener que ir tu a por él puede no parecer un ahorro, pero si ese viaje se realiza varias veces en un día durante años, puede suponer mucho tiempo y dinero”.
Con este divertido experimento, esta Ford Transit “semiautónoma” ha demostrado la buena acogida y la practicidad que ofrece un vehículo sin conductor en determinados ámbitos. Este es sólo uno de los experimentos del Programa de Investigación Autónoma de Ford, y es que también ha estado experimentando con coches autónomos en las principales ciudades de EEUU para demostrar que el futuro no está tan lejos como nosotros creemos.