De entre las furgonetas eléctricas del mercado en España, la más vendida en el el año pasado fue la Ford E-Transit. Concretamente en el segmento de furgonetas eléctricas de 2 toneladas y apuntándose, nada menos, que un 54,9% de la cuota de mercado. Y eso es mucha cuota de mercado, está claro, porque significa que más del 50% de las furgonetas vendidas de ese segmento concreto fueron de E-Transit, o sea, una de cada dos furgonetas vendidas.

Para Ford Pro, eso ha sido todo un éxito y ayudada en su andadura comercial. No en vano, la Ford Transit lleva nueve años proclamándose líder en el segmento de las dos toneladas en Europa. Ford es también una de las marcas que apuesta fuertemente por la electrificación, y especialmente también en este segmento. Sus últimas apuestas en comerciales ligeros en este terreno así lo demuestran, con un 2024 que tendrá bastantes novedades. Según Ford, «En Europa, la Ford E-Transit se vendió más que su competidor más cercano por más de cinco a uno».

Así, la movilidad eléctrica en comerciales ligeros es muy importante, con un gran horizonte de mercado. No exenta, eso sí, de las percepciones de los clientes en este segmento, como en los turismos. Una de las razones que aplica Ford para que un cliente compre una de sus E-Transit es que se puede amortizar en solo 2,1 años, un periodo de tiempo más que bueno.

 

Las razones para una rápida amortización son varias en este sentido. De hecho, están avaladas porque la propia Ford Pro colaboró en un estudio con Reuters (Vans In The City) para explicar y disipar «la preocupación por el precio de los vehículos eléctricos que disuade a muchos operadores de tener una furgoneta cero emisiones».

Para que esa amortización en la compra sea efectiva, las razones argumentadas por Ford están «… una menor carga fiscal, menos gastos de mantenimiento (un 40% menos), el ventajoso precio de la luz frente al del combustible, las ayudas a la compra del Plan MOVES (hasta 7.000 euros de ayuda sin necesidad de achatarramiento de otro vehículo), el mayor valor residual del vehículo, la libertad de movimiento total en el acceso a zonas de bajas emisiones de muchas ciudades, períodos más largos de tenencia del vehículo en las flotas (en vez de tres años, cinco), mayores tiempos de operación en los puntos de carga y descarga, etc.». Ventajas reales que también se aplican a los turismos u otro tipo de vehículos eléctricos, sin duda.

En el estudio realizado en colaboración Reuters se detectó que muchas empresas estaban dispuestas o considerando la posibilidad de comprar una furgoneta eléctrica en los próximos meses. Sin embargo, la tendencia mostrada era a hacerlo con un modelo diésel, concretamente el 46% de esa intención de compra.

Según Ford, «Los operadores que se pasen al vehículo eléctrico en España podrían alcanzar el umbral de rentabilidad a los 2,1 años después de la compra. Cuando vendan su furgoneta, los operadores podrían haber obtenido un ahorro total de más de 12.304 euros en costes de energía y 732 euros en gastos de mantenimiento. Además, sus emisiones de CO2 se reducirían en más de 24 toneladas; alrededor de un 79 por ciento menos que con un modelo diésel equivalente». ¿Vale o no la pena pasarse a esta opción de movilidad sostenible en comerciales ligeros?