Antes de que los SUV se convirtieran en el objeto de deseo de una mayoría de conductores, los monovolumen eran los reyes del mambo. Y lo eran con razón, porque normalmente destacaban en cuanto a versatilidad, espacio interior y confort, sin renunciar a tecnología, equipamiento sofisticado, seguridad o a motores de cierto carácter.
Pues bien, esta interesante especie, que ha desaparecido en las gamas de turismos de los fabricantes, ha tomado forma en las versiones de pasajeros de los vehículos comerciales. Y un magnífico representante de esos valores es el Citroën SpaceTourer, un vehículo que se basa en la conocida plataforma modular EMP del Grupo Stellantis, de la que nacen numerosos modelos, también de las otras marcas de este gigante del automóvil, como Peugeot, Opel, Fiat…
Con la talla que mejor te siente
El Citroën SpaceTourer es un modelo que puede dedicarse tanto a un uso particular como profesional, bien para una familia que busca un «coche para todo», como para transportar a personas en el ámbito de una actividad empresarial: agencias de viajes, shuttle VIP para aeropuertos u otros trayectos, rutas interurbanas, VTC… Por eso, la marca francesa ofrece distintas configuraciones para el interior, enfocadas a usos muy diversos.
Dentro de la gama de este fabricante, el SpaceTourer cuenta con un modelo gemelo más enfocado a tareas de carga y transporte de mercancías, que es el Citroën Jumpy, un vehículo que está disponible con tres longitudes de carrocería. La más compacta es la XS, que mide 4,61 metros y no está disponible en el SpaceTourer, que solo se ofrece en dos tallas: la M, que alcanza los 4,96 metros de longitud; y la XL, de 5,31 metros. Ambas presentan una distancia entre ejes de 3,28 metros.
Ocho plazas, con asientos deslizantes
Nuestra unidad de pruebas era una M de ocho plazas —1,89 m de altura y 1,94 de anchura—, con una distribución 2+3+3, pero también hay versiones que pueden contar con seis, siete o hasta nueve plazas. Sin ninguna duda, una de las grandes virtudes del Citroën SpaceTourer está en su habitabilidad y en la flexibilidad que ofrece su interior. Tanto la segunda fila como la tercera cuentan con banquetas que llevan una partición 2/3-1/3 (en los seis plazas hay butacas individuales en cada fila), con la ventaja de que estos módulos pueden deslizarse de forma independiente por un práctico sistema de raíles, lo que ayuda a ajustar el espacio para las piernas de los pasajeros según sea necesario o bien ganar capacidad en la zona destinada a equipaje.
Además, los respaldos de cada asiento se pueden abatir por separado y las banquetas disponen de un sistema retráctil que, por ejemplo, facilita el acceso a la tercera fila. El suelo del vehículo va elevado en comparación con el de un turismo y por ese motivo sí es posible que a una persona mayor que no esté ágil le cuesta algo más el acceso al interior, pero hay unos agarraderos que ayudan a que sea más fácil y las puertas laterales correderas también aportan mucha comodidad a la hora de entrar o salir del vehículo.
Puertas automáticas y butacas extraíbles
Precisamente, el SpaceTourer probado incorporaba unas puertas deslizantes automáticas, que también se pueden activar desde el mando a distancia del vehículo o con los botones situados en la consola central o junto al marco de las propias puertas, algo muy cómodo para los pasajeros. En lugares estrechos estas puertas facilitan mucho la entrada y salida del habitáculo, de la misma forma que en los parkings hay que tener cuidado con la proximidad de columnas, para evitar percances durante el proceso de apertura.
Otro detalle que aumenta la versatilidad de este modelo es la posibilidad de desmontar los asientos traseros sin necesidad de herramientas (aunque no son ligeros), algo muy útil si queremos ganar maletero o realizar una pequeña mudanza. Con las ocho plazas ocupadas tenemos unos 700 litros para equipaje; si plegamos la tercera fila serán 1.750 litros; 2.380 si la desmontamos y casi 4 metros cúbicos si extraemos también la segunda, con un suelo totalmente plano. Además, el respaldo del pasajero delantero también se abate, lo que facilita el transporte de objetos de gran longitud.
Múltiples detalles prácticos
En la tercera fila del Citroën SpaceTourer los pasajeros adultos viajan sin las estrecheces que hay en algunos SUV que ofrecen ocho plazas y las cotas de habitabilidad en la segunda fila también destacan, tanto en el hueco para las piernas, como en el espacio por encima de las cabezas o a la altura de los hombros, algo que se agradece cuando se trata de afrontar largos viajes. Además, todas las plazas traseras disponen de anclajes Isofix para sillas de seguridad infantiles, algo básico para muchas familias numerosas; y sin olvidar que un retrovisor adicional ayuda a controlar a los peques, desde las plazas delanteras, en todo momento.
Y se nota el cuidado puesto en los detalles prácticos, pues hay mesitas plegables tipo avión en la segunda fila, las ventanillas pueden llevar cortinillas parasol, hay un gran techo multifunción con mandos de climatización para los pasajeros traseros y diferentes salidas de ventilación, las bolsas de las puertas delanteras son enormes y hay varias guanteras para depositar objetos, con un gran hueco entre los asientos de conductor y acompañante (el freno de estacionamiento es eléctrico, por lo que no hay palanca) para dejar alguna mochila, un bolso grande… Incluso el portón trasero (no está motorizado) lleva una ventana practicable para acceder a la zona de equipaje más fácilmente.
Motor diésel de 180 CV y cambio automático
En esta ocasión hemos probado el Citroën SpaceTourer más potente, dotado de un motor turbodiésel de cuatro cilindros y 2,0 litros con un rendimiento de 180 CV a 3.750 rpm y un par máximo de 400 Nm desde 2.000 rpm. Esta mecánica siempre se combina con un cambio automático de tipo convertidor de par, de ocho velocidades. En la gama de este modelo hay versiones cien por cien eléctricas con la denominación ë-SpaceTourer, con una autonomía de hasta 330 kilómetros al optar por la batería más grande, pero a día de hoy con la infraestructura eléctrica disponible y los tiempos de recarga, no son una alternativa realista para largos viajes.
El motor BlueHDi de 180 CV ofrece un funcionamiento suave y agradable, al tiempo que permite mantener buenos cruceros por vías rápidas aunque el SpaceTourer vaya cargado. No hay que olvidar que hablamos de un vehículo que parte de unos 2.100 kilos de peso, lo que no impide que sea capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos o alcanzar una velocidad máxima de 185 km/h. El tándem que forma con el cambio automático EAT8 (el selector es una rueda de fácil manejo y hay levas en el volante) se traduce en una respuesta muy satisfactoria en todas circunstancias, con un empuje muy lineal y una rumorosidad inapreciable, que contribuye a un brillante confort de marcha.
Vías rápidas y largos recorridos
Los reglajes de suspensión del SpaceTourer priorizan el confort de los pasajeros, algo lógico en un vehículo de filosofía familiar como éste, mostrando su mejor cara cuando viajamos por vías rápidas y con buen firme, pero eso no significa que si nos adentramos por carreteras secundarias o llenas de curvas muestre un comportamiento ingrato. El cómodo puesto de conducción, el tacto de dirección, la buena respuesta en baja del motor y una estabilidad bien respaldada por la electrónica, generan confianza al conductor en cualquier tipo de trayecto pues no hay un excesivo balanceo de la carrocería, aunque obviamente no está pensado para ir de carreras.
En nuestro caso, después de completar varios miles de kilómetros por distintos tipos de carreteras, el gasto medio real ha sido de 8,2 l/100 km, pero no hay que olvidar que es un modelo pesado, con ocho plazas, con unas formas que desde el punto de vista aerodinámico no son las más eficientes y con el añadido de que nuestras jornadas viajeras fueron muy ventosas, lo que también habrá generado alguna décima extra en el consumo. De todas formas, con su depósito de 70 litros (también lleva uno de AdBlue de 22 litros), es fácil cubrir unos 850 kilómetros sin repostar y alargar esa distancia si optamos por ritmos de viaje suaves, que no lentos.
Tan completo como quieras
Por último, el equipamiento de nuestra unidad era muy amplio al tratarse del acabado superior, contando con asientos delanteros eléctricos, térmicos y con función de masaje, tapicería de cuero, climatizador trizona, lunas traseras oscurecidas, Head-Up Display para la proyección de información prioritaria, llantas de aleación de 17 pulgadas, techo acristalado panorámico, cámara de visión trasera, sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, compatible con Apple CarPlay y Android Auto, que puede admitir órdenes vocales y disponer de servicios conectados en tiempo real…
Y todo ello acompañado de numerosos sistemas de ayuda a la conducción (algunos forman parte de un pack opcional) como aviso de cambio involuntario carril, gestión automática de la luz de carretera, control de crucero adaptativo, lector de señales de tráfico, alerta de cansancio del conductor, ayuda al arranque en pendiente, vigilancia del ángulo muerto o sistema de frenada de emergencia con detección de peatones, entre otros dispositivos.
El precio de este Citroën SpaceTourer BlueHDi 180 CV EAT8 es de 46.320 euros. En el mercado hay varios modelos que comparten estructura, motores y la mayor parte de sus componentes con este funcional multiusos, como son el Peugeot Traveller y el Opel Zafira Life, o incluso el Toyota Proace Verso, ya que la marca japonesa también participa en el mismo proyecto industrial.