El mundo de la pick-ups en España es limitado, el mercado es acotado, pequeño, aunque cada vez más se van viendo un mayor número de este tipo de vehículos en territorio nacional. El crecimiento es lento, pero ahí va y, principalmente, son muchas las empresas que encuentran en este tipo de configuraciones grandes aliados para el desempeño de su trabajo. Ahí están las empresas de telefonía, las de mantenimiento, etc. que, a una buena versatilidad de uso pueden incluir en muchos casos la tracción a las cuatro ruedas para llegar a sitios donde otros vehículos lo tendrían difícil o imposible directamente.

En Estados Unidos, o en el resto de América mayoritariamente, las pick-ups son vehículos de trabajo pero también de identificación social pues con el tiempo se crearon un estatus muy importante y reconocido hasta el punto de convertirse en vehículos recreacionales y hasta deportivos. ¿Entonces porque no combinar lo mejor de tres mundos? Y Ford sabe mucho, y bien de eso, con modelos que llevan reconociéndose de los mejores a lo largo de décadas (Ford F150, por ejemplo)… también en Europa. No en vano, las picks-ps, o los pick-ups de Ford, como prefieras denominar en género, llevan siendo líderes en ventas en el Viejo Continente varios años seguidos. La de ahora es la quinta generación de este modelo que, al menos en España, lleva vendiéndose desde el año 2022.

La configuración aquí mostrado (doble cabina, tracción total, acabado Platinum, motor 3.0 V6 diésel) está disponible desde 59.660 euros. Por ejemplo, Toyota vende en España también el modelo Hilux Doble Cabina GR Sport por 54.500 euros, aunque es algo más pequeña (5,235 mm) y potente (204 CV). La marca Isuzu por su parte vende su modelo D-Max Crew N60, también 4×4, desde 44.951 euros pero tiene “solo” 163 caballos de potencia y también es más corta. Volkswagen, con el Amarok doble cabina de 241 caballos también empieza en los 57.000 euros y una medida exterior similar a la Ford Ranger. La marca Maxus comercializa el modelo T90 EV por 58.500 euros con 177 caballos de potencia. No olvidemos que hasta Kia entrará en este segmento.

La evolución de las especies ha dado como resultado también que las pick-ups lleguen a combinar el mejor de uso de varios vehículos en uno, incluso mucho más que los propio todocaminos. Por ejemplo, es el caso de la que ahora traemos a estas páginas, la Ford Ranger de doble cabina, tracción a las cuatro ruedas y el máximo exponente de lujo dentro de la marca en esta gama con el acabado platinum. No lo vamos a esconder, es un vehículo grande, no apto para cualquier garaje ni para usuarios que les asusten los coches grandes. Eso sin demérito de la buena maniobrabilidad que ofrece este modelo.

DOBLE CABINA Y TRIPLE UTILIDAD

Esta Ford Ranger doble cabina es un vehículo de ocio, incluso para el día a día si no te asustan sus dimensiones. Las cuatro puertas pueden albergar dentro a cinco pasajeros, y además con mucho espacio en altura, anchura y recorrido para las piernas de los pasajeros posteriores. Es verdad que detrás está algo limitado el ángulo de posicionamiento del respaldo, que tiende más a los 90 grados y por ello a llevar la espalda algo más recta. Los asientos son cómodos, y los materiales y equipamiento de esta versión además configuran un interior para hacer muchos kilómetros con comodidad. También es verdad que acceder al interior significa subir, casi escalar para exagerar, pero para ello están los estribos si alguien necesita de ello.

Para los que se pregunten que de familiar nada porque el maletero va expuesto, vamos a decirles que no. Ya está inventado de varia maneras que la caja pueda ir cerrada y, en este caso, lo hace con una cortinilla enrollable muy resistente ya prueba de vagos porque es de accionamiento eléctrico. Muy fácil y asegura que todo lo que se eche dentro es bien guardado y resguardado. La anchura de la batea es de 122 mm, y la profundidad de 164 mm (1.233 litros de capacidad de carga). Vamos, que la función de maletero la cumple con sobrada nota. Si se necesita más, pues ya se sabe, a utilizar la pick-up en su forma más genuina, aprovechando la altura que da ofrece el espacio de carga con la cortinilla guardada. Ofrece 1.200 kilos kilos de carga útil máxima y 3.500 kilos de capacidad de remolque. ¿Quién da más? Porque puede ser, es, un familiar, un todo terreno y un vehículos de ocio o trabajo.

Las atribuciones de trabajo vienen dadas no solo por esa enorme capacidad, o posibilidades, de carga, también de utilidad. Puede haber dos puntos (enchufes) de 240 voltios y 400 watios de potencia para poner una taladradora, un secador, etc. Además, la portezuela sirve de “banco” de trabajo porque aguanta mucho peso, y toda esa zona de carga, además de los enganches que tiene y que resultan muy útil para llevar la carga anclada y que no se mueva, dispone de una cubierta plástica que además hace muy fácil su limpieza, incluso con agua.

Está muy bien presentada… muy bien presentada. O sea, que además de un familiar de casi seis metros de longitud, también puede ser un vehículo bastante capaz de trabajo, pero también de ocio, como por ejemplo para llevar un kayak, bicicletas, etc. y tener puntos para infla rápido y segur una rueda, una canoa, tienda de campaña, etc. No hay que olvidar que la imagen en este caso que nos ocupa, acabado Platinum, es de lujo con una buena pintura, detalles del exterior como protecciones y demás bien hechos también estéticamente, etc. Lo mismo vale para ir al cine, llevar a la familia de excursión o al colegio, que para ir a trabajar. Un vehículo muy polifacético.

UN MOTOR POTENTE Y UN CAMBIO AUTOMÁTICO DE 10 VELOCIDADES

Nos ha quedado claro el potencial de este vehículo, así como también su utilidad en varios terrenos. Sin olvidar que se ofrece como un vehículo de lujo con materiales interiores de coche premium, asientos muy cómodos y equipamiento como el de cualquier vehículo de alta gama.

Ahora vamos con el motor. En este caso es un diésel de 3.0 litros de cubicaje (EcoBlue) con una configuración de motor de 6 cilindros en V (Euro 6 y etiqueta C). Un gran motor en todos los sentidos. Anuncia una potencia de 241 caballos que, para algunos, podría quedarse corta. Bueno, no. Y es no porque más importante es el par, ya lo hemos dicho otras veces. En este caso, 600 Nm a solo 1.750 rpm. O sea, prácticamente nada más iniciar cualquier marcha. Además se mantiene constante hasta las 2.250 rpm que, tratándose de un diésel, es un buen margen ya que no es normal explorar límites mucho más altos que eso en cualquier tipo de conducción. Revoluciona más sí, pero no es lo normal llevarla por encima de las 3.000 vueltas en un uso normal. Está muy bien insonorizado (tanto por dentro como por fuera), y tan solo ese ligero sonido a diésel nos va a ayudar a identificar que no se trata de ningún vehículo eléctrico o híbrido. Es un motor agradable y con bastante empuje, que es lo que se quiere, lo que se necesita y lo más deseable.

El cambio automático es de diez velocidades. Sí, diez velocidades por convertidor de par. Está muy bien precisamente para llevar siempre el motor en la mejor zona posible de empuje. El empuje por el par es bastante bueno, con esa óptima respuesta al acelerador. Las marchas pueden también hacerse de forma semimanual (podemos elegir la marcha sin pisar el embrague) aunque sin levas en el volante (que hubiera sido lo mejor) y a cambio tenemos que desplazar la palanca de cambios arriba o abajo pulsando también un botón. Es verdad que entre el botón y mover la palanca no es lo más ágil, pero es tan verdad como que el cambio automático en sí funciona bastante bien y va a ser la forma mayoritaria de uso. No es ruidoso ni se nota demasiado el resbalamiento de este tipo de cambios.

Este Ford Ranger 4×4 además plantea, cual vehículo de lujo moderno, varios modos de conducción que también se adaptan al tipo de vehículos. Dese varias configuraciones posibles de tracción (2H, 4H, $L, modo remolque, tracción automática, diferencial trasero bloqueable…) hasta control de descenso, etc. Muy completo y a la vez amplia la utilización fuera de los caminos habituales para convertirse en un buen todoterreno. Para ello, eso sí, hay que tener su gran batalla (lo mismo en curvas lentas o cerradas) o el tipo de ruedas (las de serie son muy completas para un uso mixto aunque más para asfalto)… pero como en un buen todoterreno grande más preparado para el uso en ciudad y carreteras normales. A cambio, los ángulos de entrada, ataque y ventral (vadeo, con 80 centímetros de altura) son bastantes óptimos.

 

Si alguien está pensado en que un vehículos como este pesado, 2.358 kilos, imponente con ese frontal que parece apartar viento de frente por miedo, que mide casi 5,50 metros, elevado, con un motor V6 de 3.0 litros tiene un hándicap en el consumo, pues puede que esté equivocado. Es verdad que si se pisa a fondo el acelerador para una aceleración rápida, el ordenador va a registrar un consumo desmesurado, pero es que no se conduce así todo el tiempo y eso es, o puede ser, un momento o momentos muy puntuales.

Ahí salen a relucir tranquilamente todos esos datos. Pero en carretera con un peso normal a bordo (una o dos personas y el equipaje para un viaje) estar sobre los 10 litros, y también por debajo, en una conducción sosegada (pero no buscando el rendimiento máximo en consumos mínimos) es bastante frecuente. Eso significa ir rodando por carretera sobre el límite máximo autorizado en España (120 km/h) o cerca, entre eso y 90 kilómetros por hora, aunque más bien sobre 100 km/h y algo por encima. Eso demuestra también el gran trabajo hecho en este motor, a priori, sin estas garantías. Las prestaciones oficiales de Ford son una velocidad máxima de 180 km/h y una aceleración de 8,7 segundos para pasar de 0 a 100 km/h. En consumos, el combinado es de 10,1 l/100 km. En el depósito de combustible caben 80 litros de gasóleo.

UNA ALFOMBRA EN CARRETERA Y UN “CAMIONCITO” MUY MANIOBRABLE

Esta quinta generación también puede hacer elogio de una buena configuración de suspensión. Tanto que los típicos movimientos de las pick-ups cuando no van cargadas, como las furgonetas, producen rebotes de delante hacia atrás, y viceversa, están más que mitigados y eso que detrás sigue montando ballestas. Delante una suspensión por paralelogramo deformable (como en los buenos coches) hacen que en carretera o autopista sea una auténtica alfombra de comodidad. Y no es fácil por el eje trasero ni precisamente por la distancia entre ejes. Entra muy bien siempre por el camino marcado con el volante.

Es cierto que en carreteras más pequeñas, algunas nacionales y no digamos las comarcales estrechas y con curvas más cerradas y lentas, los giros se ven más comprometidos precisamente por las medidas, y hay que, sencillamente, abordarlas con menos velocidad. Ahí puede decirse que la Ranger es menos ágil, pero era algo de esperar, normal, vamos. También hay que tener en cuenta su altura y peso, que no nos olvidamos.

Pero la realidad en el 99 por ciento de los casos es la de un vehículo grande y cómodo, con una buena asistencia de la dirección en la conducción, frenos los suficientemente potentes y modulables para responder muchas veces en óptimas condiciones, bien insonorizada y con potencia de motor más que suficiente y un cambio bien elegido que, con muchas relaciones, parece irle como anillo al dedo a este motor.

BIEN PENSADA, BIEN EQUIPADA, BIEN RESUELTA

Ya lo hemos dicho, la Ford Ranger doble cabina está muy bien pensado, muy lograda. Si se observa en el lateral, detrás del paso de rueda trasero, y donde termina lateralmente el paragolpes, Ford ha dispuesto un escalón para llegar al cajón del maletero. Hay barras para agarrarse en el borde, todo pensado y es muy útil.

También está muy bien equipada, principalmente, y como hemos dicho, en este acabado. A lo nombrado anteriormente, solo hay que ver el interior. La digitalización que no falte con esa gran pantalla de 10,1, o incluso de 12 si es con orientación vertical, el sistema multimedia SYNC 4 de la marca. Por él casi no hay mandos físicos, excepto de la climatización, el mando giratorio de uso de la tracción o los botones del volante multifunción.

Hay dos buenos posavasos para latas o botellas más o menos grandes, varios huecos de almacenamiento, como el de encima de la guantera o el de las puertas, y un sitio para la carga inalámbrica de los móviles, amén de otros tantos detalles que conforman un clímax verdaderamente satisfactorio. Sin nada que envidiar a muchos coches. Los espejos retrovisores de bastante generoso tamaño, como debe corresponden a un vehículo tan grande, y la visibilidad es igualmente muy positiva. ¿Qué si es una pick-up recomendable? Pues creemos que, salvado el precio, ciertamente recomendable por utilidad y agrado de conducción.