Los más viejos del lugar recordarán las furgonetas o vehículos de trabajo TUB y Type H. Pero esa es otra historia, aunque ligada a la que contamos aquí. La Citroën Jumper fue la heredera o sucesora de aquellas, y de eso hace ahora nada menos que 30 años, que, como siempre, se dicen pronto. Tampoco nos olvidamos de las Citroën C25, puesto que en realidad la Citroën Jumper pasó a esta denominación en su segunda generación abandonando esa letra y número conjuntos que representa la primera generación, su verdadera antecesora.
En esas tres décadas de existencia, el nombre Jumper se ha hecho un gran hueco en el mercado de las furgonetas y los vehículos comerciales ligeros. Un nombre de éxito que ha acompañado, y acompaña, a miles de profesionales en sus actividades de trabajo, aunque también a mucha gente que ha utilizado, utiliza, y utilizará la Jumper para actividades al aire libre, campismo, etc.
Tal ha sido la evolución de la Citroën Jumper, como tantas otras y como no podía ser de otra manera, que actualmente no solo cuenta con versiones con motor térmico, también eléctrico y, en un futuro no muy lejano, con propulsión por hidrógeno.
DESDE 1994, UNA HISTORIA DE EVOLUCIÓN
Así es, Citroën lanzó por primera vez el nombre de Jumper sobre un vehículo comercial en 1994. Han pasado tres décadas porque se presentó en enero de ese año. Como en la primera generación (C25, de 1991 a 1994), la Jumper compartía lazos de sangre muy fuertes con la Fiat (Ducato), la Alfa (AR6), la Peugeot (J5) y hasta por la Talbot (Express), aunque a partir de 1994 se reconfiguró a solo tres marcas y modelos: Citroën Jumper, Fiat Ducato II y Peugeot Boxer. Entonces, Citroën y Peugeot eran del Grupo PSA, pero Fiat no, ahora, todas pertenecen al Grupo Stellantis.
Los modelos de Citroën, Fiat y Peugeot especialmente, son muy conocidos en España. Circulan todavía por nuestras carreteras todas las generaciones de esa furgonetas, e incluso aquellas de chasis corto de la Peugeot J5 y Fiat Talento. Ahora son incluso furgonetas clásicas que todavía pueden encontrarse en el mercado de segunda mano y que poco a poco van ganando mayor reputación por su fiabilidad y sencillez. Durante varias generaciones, la Citroën Jumper, al igual que sus gemelas, se fabricaban en una la factoría de Sevel, en Italia y la línea de producción era la misma para todas, que compartían chasis y motores.
Según lo describe Citroën ahora, «el Jumper causó un gran impacto al introducir en el mercado de las furgonetas un diseño, un confort, una ergonomía y un placer de conducción inspirados en los de los turismos». Y de ahí que, lógicamente, haya mantenido esas características en el tiempo y las haya ido mejorando. en el reino Unido, la Citroën Jumper se comercializaba entonces como Citroën Relay.
Desde esa segunda generación, la Citroën Jumper ya contaba con tres distancias entre ejes (corta, mediana y larga) e igual número de longitudes, y hasta cuatro categorías de pesos admisibles de carga (2,5, 2,9, 3,3 y 3,5 toneladas). En cuestión de volumen, hasta 12 metros cúbicos y cargas útiles que iban desde los 1.055 a 1.645 kilos. Eran famosos, son famosos, los motores diésel 1.9D, aunque hubo gran variedad… incluso de gasolina. En 1994 sufrió un restyling bastante completo, que es fácilmente reconocible por su estética especialmente en el frontal.
Un gran salto evolutivo, sin duda, se da en 2006, en cuya tercera generación la imagen es totalmente distinta y muy moderna, conservando aún muchos de esos rasgos de diseño implementados entonces. Aquí la masa máxima alcanza incluso hasta los 4.000 kilos.
Para esta ocasión, los excelentes motores turbodiésel de inyección directa (HDi), los famosos common-rail, ya de segunda generación, fueron, y son, los grandes protagonistas por sus prestaciones y consumos aquilatados. Entre ellos se pueden encontrar el 2,2 litros de 100 CV, el 2,3 de 120 o 130, e incluso el 3,0 litros de 157. También el motor 2,0i de gasolina y GLP.
En 2014, o cuarta generación si se quiere, la Jumper es objeto de otro restyling para modernizarse aún más, conservando esos grupos ópticos frontales de grandes dimensiones y un paragolpes prominente que le infunde mucho carácter. En este caso, la plataforma corresponde a la denominación interna X290.
Como no podía ser de otra manera tampoco, esa evolución estética y técnica no solo se ceñía a eso, también en equipamiento. Si los elevalunas eléctricos eran ya una cosa casi habitual en la Jumper, o el asiento del conductor con amortiguación variable, cámara y radar trasero, los modernos sistemas como el asistente de mantenimiento de carril, el sistema de frenado de emergencia o el control de crucero adaptativo son ya parte casi indisoluble de esta furgoneta, adaptada en eso perfectamente a los nuevos tiempos de seguridad y tranquilidad.
LA NUEVA ERA DE LA CITROËN JUMPER
Comienza 2024 y Citroën «adquiere una nueva dimensión con el Jumper para adaptarse a la evolución de las necesidades y deseos de los profesionales». Por eso, Citroën ha comercializa «un nuevo Jumper y un nuevo ë-Jumper».
Con todos los lujos y las comodidades de los turismos más altos de gama, la Jumper también cuenta ahora con cambio automático en las motorizaciones BlueHDi de 140, 180 caballos y 120 caballos (este último se combina también si se quiere con un cambio manual de 6 velocidades).
A lo anterior puede sumarse la conectividad y que implica, entre otras cosas, de una pantalla interior de 5 pulgadas de tamaño para la radio, el teléfono por Bluetooh, etc. Si se opta por un mayor equipamiento, el monitor puede ser de 10 pulgadas táctil, conectividad con Apple CarPlay y Androdi Auto y navegador integrado. Cuenta también con freno de mano eléctrico, arranque y parada del motor por botón, retrovisor digital, alerta de fatiga del conductor o frenado automático de emergencia con detección de peatones y ciclistas. O sea, muy muy completo.
La ë-Jumper es totalmente eléctrica «con una motorización totalmente nueva» según la marca. Homologa una autonomía de 420 kilómetros (WLTP) con un motor de 270 caballos de potencia (200 kW) y cuenta con tiempos de recarga de la batería, a 150 kW, de 55 minutos para pasar del 0 al 80%. Para un poco más adelante, Citroën también comercializará un motor de pila de combustible alimentado por hidrógeno «que debería ofrecer una autonomía de casi 500 kilómetros».